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Los Elohim

Las Guerras de Formación, que duraron siglos, fueron la época más violenta, caótica y destructiva de la historia de Centauri. Cientos, quizá miles de mundos habitables fueron destruidos en las guerras que los dominios de Celestials libraron entre ellos por el control del Cúmulo. Se perdieron miles de millones de vidas. Se aniquilaron civilizaciones enteras. Pero de las cenizas de aquel devastador conflicto surgieron los Elohim, los seres más poderosos y con la tecnología más avanzada de la galaxia.

Casi todo lo que sabemos de los Elohim son especulaciones basadas en mitos y leyendas. Pero incluso hoy en día, más de 15 000 años después, su influencia sigue dando forma y definiendo Centauri. Tanto los Celestials como los humanos están sujetos a las Leyes de los Elohim, una pequeña pero inviolable colección de normas, tratados y acuerdos de base destinados a evitar que se repitan las atrocidades de las Guerras de Formación.

Sin embargo, por muy importantes que sean las Leyes, palidecen junto al otro gran logro de los Elohim: las Puertas del Cielo, una red de caminos que enlaza todos y cada uno de los sistemas del Cúmulo. Antes de las Puertas, los viajes interestelares eran arriesgados e imprevisibles además de extremadamente caros e ineficaces. Los viajes y el comercio entre sistemas eran limitados y nada fiables. Los dominios de los Celestials eran enclaves aislados, con escasa comunicación o interacción entre ellos..., lo cual fue de los principales factores que contribuyeron a la brutalidad de las Guerras de Formación.

Las Puertas del Cielo lo cambiaron todo. Aunque siguen limitadas por la velocidad de la luz, ahora las naves pueden viajar por el vasto océano del espacio del Cúmulo usando mapas establecidos y cálculos de navegación automatizados. Y lo que es aún más importante, las Puertas permiten acelerar y decelerar rápidamente con respecto a la velocidad de la luz, lo que reduce considerablemente el tiempo que se invierte en cada viaje. El comercio y los viajes interestelares han florecido hasta convertirse en una piedra angular de cada Dominio Celestial y cada mundo habitado por humanos.

A los Elohim se los venera en todo Centauri de manera unánime, incluyendo a los Celestials. Sin las Puertas, los propios Itinerantes no podrían existir. Los Éxodos serían prácticamente imposibles. El riesgo y la incertidumbre de lanzarse a ciegas al vacío del espacio serían demasiado altos incluso para los exploradores más valientes. Fuera o no su intención, los Elohim le dieron a nuestra especie una oportunidad de luchar.

Misteriosamente, después de crear el milagro de las Puertas, los Elohim desaparecieron de los registros galácticos. Algunos creen que ascendieron a un estado de energía pura, despojándose de su envoltura corpórea. Otros aseguran que abandonaron Centauri para explorar los rincones más recónditos de la galaxia. Es posible que sigan entre nosotros y usen una tecnología avanzada para ocultar su presencia a los seres inferiores..., o quizá sufrieron el destino inevitable de todos los imperios y el suyo se derrumbó, extinguiéndolos hace miles de años.

Pero aunque, en apariencia, los Elohim se hayan ido, su poder y autoridad siguen muy presentes. Quienes se atreven a incumplir las Leyes no tardan en constatar que sus naves ya no pueden acceder a las Puertas del Cielo: es el máximo castigo posible. Aislados del comercio interestelar, su economía se derrumba. Sus avances científicos se ven frenados en seco. La tecnología de que disponen empieza a degradarse a medida que escasean los recursos. En función del delito, ese aislamiento puede durar desde unos pocos años hasta varios siglos; un golpe demoledor para cualquier sociedad... si acaso sobrevive.

Y ¿qué hay de los propios Elohim? ¿Eran de verdad los seres desinteresados y altruistas, equiparables a dioses, que afirman las leyendas? ¿O acaso las Puertas no eran un regalo, sino más bien una manera de dominar y controlar todo el Cúmulo? ¿Siguen aquí los Elohim, observando los acontecimientos desde un escondite secreto y administrando justicia a quienes desafían su voluntad? ¿O acaso es el fantasma de una antigua inteligencia artificial lo que controla las Puertas? Si aún están aquí, ¿qué opinan de la humanidad y de nuestra lucha por plantar cara y ganar un lugar junto a los Celestials?

Puede que nunca sepamos la verdad. Pero, por ahora, los Elohim parecen tolerarnos. Al menos..., mientras sigamos sus reglas.

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