Como Itinerantes, volver a casa suscita una inquietud y una incertidumbre tan agudas como el momento en que nos embarcamos por primera vez en un Éxodo. Llevamos en silencio el dolor de saber que, mientras nos perdíamos en el tiempo, el mundo seguía adelante sin nosotros.
Mundos verdes
La corriente se cortó justo cuando Evan calibraba los receptores, una tarea cada vez más laboriosa dado el deterioro del equipo de comunicaciones de largo alcance de la Hammercross. Durante un instante, se quedó sentado en la oscuridad, escuchando. Aún se oía el zumbido de los ventiladores. El corte eléctrico no lo había dejado sin suministro de aire. Después de diez minutos de oscuridad total, las luces ámbar de emergencia cobraron vida. Las comunicaciones internas también estaban muertas. Esto significaba que tendría que recorrer los agolpados habitáculos del Hammercross para poder quejarse a la administración, o al menos explicarle por qué no estaba llevando a cabo las tareas que tenía asignadas.
PRÓLOGO DEL ÉXODO
CONTINUAR LA HISTORIA
SALIRCAPÍTULOS
A lo largo del vasto Cúmulo de Centauri, existen ruinas ancestrales ocultas bajo las rocas y los escombros: los restos enterrados de aquellos que nos precedieron. Un ciclo interminable de civilizaciones, humanas y Celestials, que alcanzan la gloria y luego se desmoronan hasta convertirse en polvo.
No todas las naves Arca llegaron a Centauri al mismo tiempo, hija mía, y no todas lograron establecer un asentamiento. Los que llegaron primero, los que evolucionaron y se convirtieron en lo que ahora llamamos Celestials, no siempre fueron unos anfitriones amables.
Los Mara Yama, unos Celestials aterradores con formas retorcidas y monstruosas, son muy distintos a los enemigos con los que la humanidad se ha enfrentado hasta ahora en su lucha por sobrevivir. Los Mara Yama se alimentan de miedo, se deleitan con la crueldad y se relamen con la agonía de sus presas. No solo son cazadores: son depredadores sádicos que saborean cada instante de tormento psicológico que infligen.
La corriente se cortó justo cuando Evan calibraba los receptores, una tarea cada vez más laboriosa dado el deterioro del equipo de comunicaciones de largo alcance de la Hammercross. Durante un instante, se quedó sentado en la oscuridad, escuchando. Aún se oía el zumbido de los ventiladores. El corte eléctrico no lo había dejado sin suministro de aire.
Torrance, un ingeniero de la Tamerlaine, una nave Arca, roba suministros y los vende en el mercado negro ante las narices de un insólito detective.
Edith, una brillante ingeniera que trabaja con plazos imposibles, se esfuerza por recuperar la sintonía con su hija adolescente antes de que se acabe el tiempo.
El trabajo de Kendall como jefa técnica de la Novia Abandonada la obliga a ponerse creativa a la hora de encontrar piezas de repuesto que mantengan los sistemas de la nave en funcionamiento.
Jurgen Barrendown, financiero multimillonario de la Hijo Venturoso, organiza una fiesta para sus amigos acaudalados la víspera de la inminente partida de la nave Arca..., pero hay quienes no tienen nada que celebrar.